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Tensión en Venezuela: la autoridad electoral, bajo control chavista, da el triunfo a Maduro y la oposición lo rechaza

jul 30

El CNE otorga al líder chavista el 51,2% de los votos frente al 44,2% de Edmundo González. Estados Unidos, la UE, Chile y Colombia cuestionan los resultados y piden un recuento transparente de todos los votos.



Venezuela vive horas de máxima tensión por la sospecha de fraude en las elecciones presidenciales que se han celebrado este domingo. La autoridad electoral de Venezuela, controlada por el chavismo, ha otorgado durante la madrugada de este lunes —y la ha ratificado durante la tarde— una victoria contundente a Nicolás Maduro, el actual presidente. Sin embargo, la poca transparencia exhibida durante el proceso ha alertado a la comunidad internacional. Estados Unidos, Europa y, de una manera muy contundente, Gabriel Boric, el presidente de izquierdas de Chile, han mostrado sus serias dudas sobre la veracidad de estos resultados.



En las urnas estaba este domingo en juego la continuidad de 25 años de revolución bolivariana. La oposición, organizada alrededor de María Corina Machado, suponía una verdadera amenaza para la permanencia en el poder de Maduro, que llegaba muy desgastado a la cita por una crisis económica que ha llevado a emigrar a un cuarto de su población y por las continuas denuncias a su Gobierno por violaciones a los derechos humanos. Machado, inhabilitada para ser candidata por los tribunales también cooptados por el chavismo, le cedió su lugar a Edmundo González Urrutia, un diplomático jubilado, muy tímido, al que le costó aceptar el encargo. En poco tiempo de campaña, González se dio a conocer en todo el país y empezó a superar en las encuestas más fiables a Maduro. El chavismo se sintió en peligro.


La oposición sabía que acudía en desventaja a las urnas. El chavismo controla todo el aparato del Estado, incluido el Consejo Nacional Electoral (CNE), el árbitro en las elecciones. Sin embargo, Machado pensaba que su ventaja era tal que Maduro no podría ocultarla, ni al interior del país, ni fuera, sobre todo frente a la Casa Blanca, con la que está en negociaciones por las sanciones económicas y el reconocimiento internacional de su Gobierno. El intento de que el chavismo se abriera a iniciar un proceso democrático y de transición estuvo presente durante toda la campaña electoral, auspiciado por Washington, pero también por Colombia, Brasil y Chile. El objetivo eran unos comicios libres y transparentes de los que saliese legitimado el ganador.



La sensación es de desconcierto en estas primeras horas tras los resultados. El CNE anunció que, después de haber contado supuestamente el 80% de las actas, Maduro recibió el 51,2% de los votos, frente al 44,2 de González Urrutia. “Un resultado irreversible”, dijo el presidente de esa institución, Elvis Amoroso, amigo personal de Maduro y de la primera dama, Cilia Flores. Ni González Urrutia ni Machado reconocieron los resultados. En las horas previas, al poco del cierre de los centros electorales, el equipo de campaña opositor había hecho público que el CNE solo le había mostrado el 40% de las actas, a pesar de que había desplegado testigos por todo el país. Habían dejado de imprimirlas y transmitirlas. Desde ese instante la preocupación fue máxima entre los antichavistas. Jorge Rodríguez, operador político de Maduro, y Diosdado Cabello, la mano derecha del presidente, salieron poco después en público dando a entender que habían ganado las elecciones, aunque el escrutinio apenas había comenzado.



La oposición dudaba en las últimas semanas si el chavismo tendría la voluntad de abandonar el poder en caso de ser derrotado. Los chavistas más duros, como Cabello o Rodríguez, habían asegurado que la revolución debía continuar, en ningún momento se planteaban hacerse a un lado. Otros más jóvenes, como el gobernador Rafael Lacava o el propio hijo del presidente, Nicolás Maduro Guerra, dijeron que el chavismo tenía espíritu democrático y que en caso de una derrota se convertirían en oposición. Cabello, públicamente, amonestó a ambos de manera indirecta y dijo que eran “blandos” a los que les gusta “peinarse de lado y vestir de traje”. Hugo Chávez, el creador de la revolución bolivariana, fomentó entre su gente el uso del chándal, una costumbre que a su vez copió de Fidel Castro.



Machado ha declarado ganador a Edmundo González, un diplomático jubilado al que ella eligió como su sustituto cuando le fue imposible presentarse como candidata. “Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia. ¡Ganamos! Y todo el mundo lo sabe. Quiero que sepan que esto ha sido algo tan abrumador y grande que hemos ganado en todos los sectores del país”, ha dicho la madrugada de este lunes (hora local, seis más en la España peninsular) en una conferencia de prensa. Ha asegurado tener el 40% de las actas de votación transmitidas por el CNE, que certifican que Edmundo González “obtuvo el 70% de los votos de esta elección, Maduro el 30%”. “Es la elección presidencial con la mayor diferencia de la historia”.


Según Machado, la victoria del opositor fue contundente, porque habría ganado en todos los Estados venezolanos: “Sabemos lo que pasó el día de hoy (domingo 28). Toda la información de este proceso se recogía y se reportaba. A lo largo del día con los conteos rápidos fuimos monitoreando cómo iba la participación hora a hora. Esto es una participación histórica. Cuatro conteos rápidos, autónomos e independientes, dieron los mismos resultados de las encuestas. Cuando digo que todo el mundo lo sabe, empiezo refiriéndome por el propio régimen. Ellos saben lo que pasó y lo que pretenden hacer. Hasta la comunidad internacional lo sabe”. A continuación, anunció que en los próximos días anunciará acciones para “defender la verdad”.

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